Desde la primera línea estudiantes UC colaboran en servicios de la salud

Turnos de 24 horas, arduas capacitaciones, personas sufriendo con la peor pandemia de los últimos 100 años y una preocupación constante por su propia salud y la de sus familias son algunos de los temas con los que lidian a diario estudiantes de Medicina, Enfermería y otras carreras de la salud que colaboran en centros asistenciales en el combate contra el coronavirus.

Fuente: Florencia Ramos, Vive la UC
Fotos: Gentileza de estudiantes voluntarios

Fecha: 29 de abril 2020

Para nadie en nuestro país ha sido fácil habituarse al aislamiento social, el encierro y las medidas de protección que se requieren para disminuir la curva de contagios de coronavirus, la peor pandemia de los últimos 100 años, que a fines de abril cerró con 14 mil contagiados de coronavirus y casi 200 muertos, solo en Chile.

Y bien lo saben quienes trabajan en el ámbito de la salud y que, en la mayoría de los casos, continúan trabajando in situ en hospitales, consultorios y clínicas, atendiendo a los pacientes habituales y a los cientos por Covid-19 que, día a día, son internados.

En este contexto, más de 200 estudiantes UC de últimos años de Medicina, Enfermería y otras carreras de la salud respondieron al llamado de sus escuelas, de ser voluntarios y colaborar con el personal de los distintos recintos de la Red de Salud UC – Christus, a pesar de que sus internados y otras actividades académicas prácticas se encuentran suspendidas hasta nuevo aviso.

La decisión de estos alumnos de colaborar como voluntarios no fue fácil, debido al temor de contagiarse ellos mismos y a sus familias, pero situaron su vocación de servicio y el compromiso con Chile por sobre las dificultades. Bajo este convencimiento, futuros médicos y enfermeras UC optaron por ayudar desde la primera línea.

Simone Durán, alumna de quinto año de Enfemería, quien a mediados de marzo estaba realizando su internado, decidió colaborar en la unidad de Medicina Quirúrgica del Hospital Clínico UC, ubicada en el cuarto piso del recinto, donde se reciben y atienden los casos sospechosos y confirmados de Covid-19. Al momento de decidirse, comenta que evaluó “los pros y los contras, pues yo vivo con mi abuelita de 91 años, entonces tuve que tomar todos los protocolos, para no afectarla”.

Para Lucas Domínguez tampoco fue una decisión fácil. “Yo vivo con mis papás en Santiago, y no los quería exponer (…) Pero logramos solucionarlo, pues ellos se fueron a vivir a Rancagua por este tiempo y yo me quedé solo”, explica el alumno de sexto año de Medicina.

Por su parte, Constanza Brante, quien está en último año de Enfermería, dijo sí de inmediato, ya que, siendo estudiante de otra región, vive sola en Santiago y consideró que el contexto que estamos viviendo es una “circunstancia única que me entregará nuevas herramientas desde la enfermería”.

La joven cuenta que este grupo de voluntarios trabaja jornada completa en los centros asistenciales, durante 14 días e incluso haciendo turnos de 24 horas periódicamente, para luego quedarse en casa durante otras dos semanas, para descansar y por precaución. Asimismo, comenta que tuvieron que asistir a capacitaciones y luego rendir evaluaciones para ser un real aporte y apoyar al staff permanente de profesionales.

Los jóvenes voluntarios coinciden en que esta pandemia es una instancia histórica para aprender y confirmar su vocación. “Amo lo que estudio, no me veo haciendo otra cosa (…) Ayudar es lo principal que puedo hacer. No me he sentido como una molestia en el servicio, y quizás con agarrar la mano de un paciente, ya le estoy ayudando’’, afirma Simone.

Lucas añade que para él la gratificación de sus pacientes es muy importante: «Tenemos vocación de ayudarlos y querer sanarlos, finalmente eso uno busca como médico (…) Ver cómo la gente se va de alta del hospital, lo agradecidos que son con uno es lo que al final queda para siempre’’.

Para todos estos voluntarios y futuros profesionales de la salud, el apoyo de sus familiares ha sido clave para continuar en esta senda. Asimismo, han recibido el respaldo de los directivos y profesores de sus escuelas, quienes no sólo les motivaron a cumplir con esta labor de voluntarios, sino que han dado flexibilidad en el ámbito académico.

Lucas, Simone y Constanza también hacen un llamado a todas las personas, a contribuir con su ‘’granito de arena”, quedándose en casa –dentro de lo posible-, tomar todas las precauciones necesarias, ya que “si bien nuestro país no cuenta con el mejor sistema de salud, sí cuenta con profesionales que se esfuerzan día a día por la salud de todos y todas”, concluye Lucas.

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