El oftalmólogo Luis Peña nos cuenta sobre su pasión por la fotografía de aves

Desde su infancia Luis se sentía atraído por la cámara y la fotografía, pero fue tras terminar su especialización que comenzó a sumergirse en este mundo. Primero partió con fotos de paisajes y luego la fotografía de aves apareció como una continuación natural que lo llenó de paz.

Fecha: 3 de junio 2022

Para comenzar, ¿nos podría contar cómo nació su pasión por la fotografía?

Desde mi infancia me llamaron la atención las cámaras fotográficas, con ellas se puede obtener una imagen de un momento y de esa manera hacerlo durar mucho más. Una fotografía cuenta una historia, un recuerdo, un viaje, un momento especial que queda para siempre. Cuando terminé mi especialidad, y tuve más tiempo libre, me empezó a gustar más y más. Cuando viajaba, quería guardar algo del lugar a través de una fotografía, e incluso cada vez que viajo a un lugar especial o con alguien especial escribo un diario de viaje, del que las fotografías son un elemento central. 

Precisamente al visitar Parques Nacionales o Santuarios de la Naturaleza, la belleza de los parajes y de la vida que los llena invita a fotografiarlos, con ello algo de esos lugares queda con nosotros. La fotografía de aves, que están prácticamente en todas partes, fue la continuación natural de esta pasión, así como la fotografía de otros seres vivos también: anfibios, reptiles, mamíferos. Capturar la belleza de lo que nos rodea a través de la fotografía es un pasatiempo apasionante.

¿Tuvo que tomar clases o hacer algún curso para aprender a usar la cámara?

Las cámaras parecen simples, pero hay muchas cosas que aprender de ellas para usarlas bien. En primera instancia aprendí practicando, pero pronto me di cuenta de que había muchos aspectos que no eran tan intuitivos, así que compré libros principalmente de naturaleza, y con ellos aprendí los aspectos básicos del uso de las cámaras y la fotografía. También he tomado cursos de fotografía, que me han ayudado a mejorar los aspectos técnicos. Las cámaras son instrumentos fabulosos, capturan la luz y la sombra, la profundidad, el color, incluso el movimiento y las emociones.

Dentro de todas las aristas de la fotografía, ¿cómo fue que se inclinó hacia esta?

Las aves no sólo son hermosas, son enormemente variadas, observarlas es maravilloso, además su comportamiento es muy interesante. Ver por ejemplo a un gaviotín piquerito pescando, volando contra el viento para estabilizarse y darse un clavado a toda velocidad cuando localiza a una presa (un pez) es espectacular. Observar una garza mientras pesca, o a los patos cortacorriente desafiando la velocidad y el frío de las aguas de los ríos del sur. Ver un águila mora o un cóndor volando majestuosos, escuchar desde lejos a un carpintero negro taladrando un árbol y localizarlo siguiendo el sonido. Un sietecolores saltando entre los juncos cazando pequeños insectos o sus larvas. Todos son momentos únicos y preciosos, por supuesto que dan ganas de tener una cámara a mano y poder sacar una foto.

Por lo general se habla que el avistamiento de aves es complejo y requiere de tiempo y dedicación, especialmente para conseguir una buena foto, ¿cómo ha sido su experiencia?

Hay que tener paciencia, las aves usualmente huyen de los seres humanos, cuando nos acercamos nos ven como una amenaza y suelen alejarse. Para mí la mejor táctica es quedarme quieto en un lugar que sé que frecuentan las aves sin hacer ruido ni movimientos bruscos, y estar muy atento al movimiento y sonidos de ellas. Con un lente de largo alcance no es necesario acercarse tanto y perturbar a las aves, es posible sacar buenas fotos a muchos metros, además, después de unos minutos las aves de los alrededores ya no te perciben como una amenaza y vuelven a acercarse y ahí hay que aprovechar de fotografiarlas. 

Las aves se concentran mucho cuando están buscando alimento y no están tan a la defensiva. Los mejores momentos del día, cuando la mayoría de las aves son más activas, es a primera hora de la mañana y en las últimas horas de la tarde. En general este es un hobby para madrugadores.

Considerando la dedicación y tiempo que implica, ¿cómo es que ha ido alimentando esta pasión?

Ha sido muy entretenido, he ido aprendiendo los nombres de las aves, y siempre que viajo a un lugar llevo mis guías de campo para reconocer las aves que nunca he visto. Creo que parte importante de este hobby es precisamente el desafío de encontrar y reconocer las aves de nuestro país, aprender sobre su conducta y hábitos. Observarlas es un placer y tomarles una foto es un desafío y una fuente de gran satisfacción.

¿Le ha traído algún tipo de beneficio este espacio de recreación?

Los beneficios son enormes. Uno encuentra paz en la contemplación de otros seres vivos en su entorno natural. Además, es un buen ejercicio, usualmente se camina bastante y es una actividad que puede ser realizada en familia y todos la disfrutan. 

¿Cuál es su lugar favorito para fotografiar aves?

Tengo muchos. En Santiago la Laguna de Batuco es espectacular, un verdadero paraíso para los observadores de aves. Pero Chile es un país privilegiado por su diversidad de paisajes y climas, aquí habitan más de 400 especies de aves y algunas de ellas están en casi todas partes como los chincoles, y cada lugar tiene sus propias aves emblemáticas, incluso únicas de observar. También en un mismo lugar visitado en días distintos podemos encontrar aves distintas. 

Los humedales a lo largo del país son ecosistemas riquísimos, es una enorme pena que la mayoría de ellos estén amenazados o en una condición crítica. Hace algunos meses visité el humedal de la desembocadura del río Quilimarí, un lugar al que voy varias veces al año cerca de Pichidangui en la Región de Coquimbo, ahí uno puede ver garzas, cisnes de cuello negro, cisnes coscoroba, taguas, chorlos, playeros, hualas, distintos tipos de gaviotas, pilpilenes negros y pilpilenes comunes, queltehues y un largo etcétera, pero esta vez estaba prácticamente seco. Donde había una laguna hermosa llena de vida ahora sólo había barro reseco, el espejo de agua tenía sólo unas pocas decenas de metros de largo, dolía el corazón ver todo un ecosistema a punto de desaparecer.

¿Cuánto tiempo le dedica a esta actividad?

Todo el que puedo. Tengo la fortuna de vivir en una casa con un patio y a las aves les encanta el lugar, ahí llegan libremente zorzales, chincoles, fiofíos, picaflores (les encanta beber néctar de los chilcos que plantamos hace varios años), chercanes, tijerales, jilgueros, diucones, diucas, por mencionar algunos de los más habituales, y algunos tienen sus nidos en el cerco vivo. 

Además, en Santiago y alrededores hay muchos lugares para recorrer, no sólo la Laguna de Batuco, también está el Cajón del Maipo, y por supuesto los parques de la precordillera del sector oriente de Santiago. Cada vez que salgo de vacaciones voy pensando en que aves podré avistar, aunque ya conozca el lugar, porque cada visita es especial y cada momento único.

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Instagram: 

@luis_pg_wildlife

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