Valentina Jordán, ex alumna de Odontología UC realiza voluntariado en África

La República del Chad, ubicado en África Central, es uno de los países con peor calidad de vida en el mundo. Con una baja densidad poblacional  y escasos recursos, esta nación fue escogida por un grupo de especialistas de la Universidad Católica, para realizar atenciones médicas y odontológicas a la comunidad, donde la ex alumna de Odontología UC, Valentina Jordán, fue la única dentista en participar. 

Fecha: 1 de junio 2018

Valentina Jordán, tras haber visto una invitación que realizó el director de la Escuela de Odontología UC, Dr. José Hassi, Valentina decidió postular para realizar este voluntariado que tiene como objetivo palear el déficit de atenciones médicas que posee el país.

Con ganas de aportar con sus conocimientos, crecer como persona y como profesional, la ex alumna de Odontología UC, durante marzo de este año viajó hasta N’Djamena, la capital de Chad, para colaborar en el hospital universitario “El Buen Samaritano”, que tiene una Facultad de Medicina y una Escuela de Salud pertenecientes a la Asociación Chadiana Comunitaria para el Progreso (ATCP).

Preparación del viaje

Chad posee dos idiomas oficiales: árabe y francés. Para poder comunicarse con sus habitantes, es primordial tener conocimiento de alguno de ellos. Es por esta razón que el equipo médico que viajó hasta el país africano, debía hablar al menos uno. Valentina, por su parte, tuvo que retomar el francés que le enseñaron en el colegio y empezar a practicarlo antes de llegar a la capital chadiana.

Entre búsqueda de implementos, marcas auspiciadoras y todo lo necesario para llevar al viaje, Valentina obtuvo una asignación económica por parte de la Escuela de Odontología UC para paliar, en parte, sus gastos de pasaje y tramitación de documentos.

“Al inicio fue un proceso rápido, tenía pasaje para dos semanas más y ya no quedaba tiempo. Solo tenía ganas de llegar a Chad y ayudar”, cuenta la odontóloga.

Previo al viaje, Valentina se comunicó con el Dr. Rodrigo López, médico anestesista de la Universidad Católica, quien realizó el primer viaje a Chad en 2009 por una experiencia individual y quien ahora lleva nueve años viajando hasta el país africano, para realizar operativos médicos en conjunto con distintos especialistas. 

“Conversé con el Dr. López para ver qué se esperaba de mí como odontóloga, la idea principal era realizar diagnósticos y bajar la lista de espera que estaba saturada. La gente llevaba años esperando atenciones”, comenta Valentina.

Llegada a Chad

Con más de 40° de temperatura, desierto por todas partes y más de 200 etnias conviniendo en el país, Valentina llegó hasta la capital, Yamena (N’Djamena) para asentarse durante tres semanas en el Hospital “El Buen Samaritano”, donde la esperaba el Padre Harris, quien estaba a cargo del área odontológica del hospital. 

“Llegar al hospital fue una experiencia que tuvo de todo un poco. Estaba habilitado un box de atención con elementos básicos, pero no teníamos agua ni aire para soplar. Así que los asistentes jugaron un rol clave y entre uno que otro arreglo, pudimos establecer un buen lugar para recibir a las personas”, comenta Valentina.

Ya en su box, la ex alumna comenta que solo en el primer día había 27 pacientes en espera para ser atendidos, de los 91 que estaban en lista y que iban a ser diagnosticados con el correr de los días. Todo esto, debido al estancamiento del área de odontología en el hospital, sumado al alto costo de la salud en el país, donde una extracción cuesta lo mismo que una hospitalización: 10.000 francos (11 mil pesos chilenos aprox.).  

Las atenciones estuvieron detenidas por cinco años y solo hubo una dentista española en noviembre que dejó una larga lista de espera y que ahora Valentina debía revisar.

Vida en el hospital

“Desde el primer momento me sentí muy apoyada dentro del hospital, había médicos, enfermeros, cirujanos que estaban ahí por la misma razón que yo”, comenta Valentina.

Con el box funcionando, junto a la odontóloga trabajaban dos asistentes enfermeros, Birwe y Soloman, chadistas que llevaban un tiempo en el hospital y quienes además de ayudar en las atenciones, fueron un gran apoyo para Valentina: “los asistentes siempre estuvieron llanos a aprender y tuvieron la mejor disposición para todo. Establecimos un buen equipo de trabajo e hicimos nuestro mayor esfuerzo para atender a los pacientes oportunamente, fue un proceso de aprendizaje mutuo.”

Valentina y su equipo tuvieron que realizar una nueva agenda para atender a los pacientes. La lista de espera crecía con el contar de los días debido a que se corrió la voz entre los chadianos, quienes comentaban que había llegado una dentista al hospital.

“Tuvimos que rearmar todo, al principio iba a atender 10 pacientes diarios, pero debido a la urgencia, entre diagnósticos, extracciones y limpiezas, hubo días que tuvimos que pasarnos de la hora y a fin del día, eso pasa la cuenta”, relata la especialista.  

En enero de este año, el hospital dio aviso que iba a llegar una odontóloga, con esto, las personas se inscribían en la lista de espera. A la llegada de Valentina, la lista ascendió a más de 100 personas, y siendo la única dentista del lugar, la especialista atendía más pacientes de lo que ya estaba agendado.

“Pasé por un difícil momento emocional, era una rutina agotadora, hubo un exceso de atenciones que no podíamos dejar pasar. Me frustré y angustié muchísimo, pero tenía el peso de saber que no había más odontólogos en el lugar y que las personas, a la larga, quedaban solas (…)

(…) Finalmente hablé con el Dr. López y me dijo algo que me dio la fortaleza de seguir, el objetivo de la visita no es caridad ni hacer turismo social, lo importante era lograr ver cómo funcionaba la realidad local, para organizar algo a futuro que se mantuviera en el tiempo y así no generar misiones voluntarias de este tipo, sino que realizar atenciones permanentes en el hospital” relata la dentista.

Tras realizar distintos diagnósticos y bajar la cantidad de pacientes en lista de espera, Valentina, Birwe y Soloman, lograron atender a 144 pacientes en total, dejando solamente 43 personas en espera a la visita del próximo odontólogo que llegue al hospital.

Experiencia

Los 21 días en Chad no solo fueron en el Hospital, Valentina visitó a dos colegios de N’Djamena donde realizó charlas de cepillado a más de 400 niños, entre 3 y 13 años, donde además hizo diagnósticos y repartición de cepillos dentales.

“Esta experiencia fue muy enriquecedora, ver a los niños tan felices y con tantas ganas de aprender, llena el alma, lo repetiría mil veces”, comenta Valentina tras recordar su paso por los colegios.

Tras culminar el viaje y luego de haber llegado de realizar atenciones odontológicas en Chad, Valentina aún no asimila a cabalidad lo vivido en África, entre nostalgia, frustraciones y deseos de volver, la odontóloga comenta que “a futuro espero llegar al Hospital en N’Djamena para hacer algo tangible, dejar algo que perdure en el tiempo… un diplomado por ejemplo, para que toda esa gente que queda por atender, tenga una buena salud bucal”.

Si pudiese recomendar la experiencia, Valentina Jordán es cauta, y hace un llamado para quienes sientan verdaderamente las ganas de servir a las personas: «esta es una experiencia súper fuerte en materia emocional, vez una realidad totalmente diferente, donde las personas viven en un país sin recursos, donde no se preocupan de la salud. Si uno siente el llamado y tiene la capacidad mental y emocional de afrontar esto, es una pasantía única, pero siempre hay que tener presente que esto va más allá de la ayuda de una par de semanas, debe ser algo que quede en el tiempo, para que las personas puedan sonreír de verdad», finaliza la odontóloga. 

Revisa la galería fotográfica de la visita de Valentina a Chad ingresando en https://flic.kr/s/aHsmgiAA6s 

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