Estudio liderado por docentes de Terapia Ocupacional UC se convierte en la primera publicación de la carrera

El artículo describe la implementación de la educación interprofesional en estudiantes de primer año de tres carreras del Departamento de Ciencias de la Salud UC, mediante la metodología de aprendizaje – servicio durante la pandemia, con el fin de promover habilidades transversales y fortalecer aprendizajes vinculados a diferentes realidades sociales en futuros profesionales.

Fecha: 6 de abril 2022

“Educación interprofesional en salud a través de la metodología de aprendizaje-servicio (A+S) en estudiantes de primer año” es el nombre del estudio publicado en la revista ARS Medica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, que fue liderado por los docentes de Terapia Ocupacional Nayadet Lucero González y Daniela Avello, junto a la colaboración de Fernanda Calvo e Ignacio Villagrán de Kinesiología, Alejandra Espinoza de Nutrición y Dietética, y José Sepúlveda del CDDOC. 

El presente artículo describe la implementación de la educación interprofesional en estudiantes de primer año de las carreras de Terapia Ocupacional, Kinesiología y Nutrición y Dietética de la UC a través de la metodología de aprendizaje-servicio durante la pandemia COVID-19, con el fin de promover habilidades transversales y fortalecer aprendizajes vinculados a diferentes realidades sociales en futuros profesionales. 

“La percepción de estudiantes sobre esta metodología es positiva a pesar de la modalidad virtual, aceptando su coherencia e integración con los aprendizajes y objetivos del ramo; y se reconoce como un aporte a la reflexión, al igual que de servicio tanto a la comunidad como a la sociedad desde la formación profesional. Asimismo, los estudiantes informan el cumplimiento del desarrollo de habilidades transversales y se identifican elementos de mejora”, explica Nayadet Lucero.

La metodología A+S contribuye a la educación interprofesional cobrando especial relevancia en las etapas tempranas del pregrado y favoreciendo el desarrollo de competencias relacionadas con el trabajo en equipo. Esto se traduce en un directo beneficio hacia el socio comunitario, ya que es una metodología que involucra aprendizaje situacional en contexto real que permite a estudiantes involucrarse más con el servicio. Además del aporte y la mirada de otras disciplinas que hace posible una visión integral. 

“De acuerdo con los resultados recabados, los estudiantes identifican el aporte a su propia disciplina a través del trabajo con otros y su rol profesional dentro del equipo. Las reflexiones, entendidas como actividades esenciales dentro de la metodología de A+S, son consideradas un aporte para fomentar el diálogo sobre un contexto en particular, lo cual intensifica la visualización del rol frente a una necesidad de la sociedad”, comenta Daniela Avello.

“Esta investigación revela que la oportunidad de aprender con alumnas y alumnos de otras disciplinas es valorada entre el estudiantado, debido a que se solicitan mayor cantidad de instancias en conjunto. Este hallazgo resulta trascendental, ya que permite realizar mejoras para próximas instancias educativas al intencionar mayor cantidad de encuentros que potencian el trabajo en equipo”, agrega José Sepúlveda.

El estudio también identifica que, a pesar de la virtualidad, los estudiantes perciben positivamente el desarrollo del compromiso social, lo que plantea desafíos relacionados a la implementación de actividades planificadas en los cursos que utilizan estrategias híbridas, tanto con los socios comunitarios como entre y con los estudiantes. 

Otro aspecto a destacar es la necesidad de una comunicación entre los equipos docentes que van a implementar la metodología, dado que es importante relevar que existe un docente coordinador y un equipo de tutores. “Esto también genera una propuesta por parte de los docentes de promover un taller sobre el enfoque de interdisciplina entre quienes van a implementar el proyecto, evitando asumir que todos lo aplicarían de la misma forma”, indica Fernanda Calvo.  

“Un segundo aspecto que se releva es que los equipos docentes que van a desarrollar por primera vez un proyecto A+S con enfoque educación interprofesional requieren una capacitación para entender el modelo de implementación y sus principales hitos, como la reflexión y la relación con el socio en un amplio espectro. Esto se enfoca en la relación horizontal, co-construcción del servicio, retroalimentación del proceso, comunicación constante, entre otros”, agrega Alejandra Espinosa. 

Por último, en relación con los socios comunitarios, es importante que se puedan generar mayores instancias de comunicación para establecer objetivos claros que aporten en la realización y ejecución del servicio. 

La limitación de este estudio es el instrumento utilizado, ya que es de carácter voluntario y no requiere ser completado en su totalidad, por lo que los estudiantes pueden dejarlo (se excluyeron de la muestra analizada a estudiantes que no completaron el instrumento en su totalidad). 

Como proyección de esta investigación, se vuelve relevante mantener instancias de interdisciplina durante los primeros años y medir los resultados e impacto de ellas en el estudiantado, además de intencionar, durante todo el continuo curricular, encuentros entre estudiantes de diferentes carreras donde el fin común sea aportar a la sociedad. 

“Se vuelve trascendental repetir y registrar estas instancias en años posteriores, ya que cada vez se hará más necesario trabajar en equipos dentro de la formación del profesional para exponer a los estudiantes a la resolución de problemas en contextos reales”, finaliza Ignacio Villagrán.

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