La académica fue invitada por el Centro Latinoamericano de Aprendizaje-Servicio Solidario, teniendo la oportunidad de participar de una audiencia privada con el Papa Francisco.
Fecha: 17 de diciembre 2024
La Dra. Pamela Rojas, Coordinadora del área de Docencia de Pregrado y Coordinadora del área de Extensión del Departamento de Medicina Familiar de la Escuela de Medicina UC, fue invitada por el Centro Latinoamericano de Aprendizaje-Servicio Solidario (CLAYSS) al “V Simposio Global Uniservitate”, que se llevó a cabo en la Università LUMSA – Libera Università Maria Ss. Assunta, los días 6 y 7 de noviembre. El evento contó con actividades previas a la reunión global de Uniservitate, así como una audiencia privada con el Papa Francisco.
Esta invitación se realizó en el marco de la mención honrosa que recientemente obtuvo la Dra. Rojas en el concurso Universitate 2024, nodo América Latina y el Caribe, por el proyecto «Aprendizaje Servicio en el Internado de Medicina Familiar», del cual es responsable.
Fundado el 2020, el programa global Uniservitate busca promover y expandir la metodología de Aprendizaje Servicio (ASS), en las Instituciones Católicas de Educación Superior.
“Desde hace 12 años el Internado de Medicina Familiar acompaña el aprendizaje de los estudiantes, generando 30 a 40 proyectos bajo metodología Aprendizaje Servicio (A+S). Estos proyectos van dirigidos a atender necesidades concretas y genuinas de un socio, que en nuestro caso es la comunidad de usuarios y funcionarios de los Centros de Salud Familiar Ancora UC”, indicó la Dra. Rojas.
“Estos socios, altamente demandados en términos clínicos, son también desafiados a diario por los avances que ocurren en investigación, por la innovación en la gestión, y por cambios que modifican el contexto en términos sanitarios. Esto se traduce en la necesidad continua de revisar, adaptar o rediseñar procesos, y de hacer frente a todo lo que esto implica. Este desafío continuo, leído en clave A+S, se transforma en incontables oportunidades de aprendizaje mutuo entre estudiantes y socios”, agregó la especialista.
Una oportunidad única
¿Qué significó para usted, como académica UC, ser invitada a formar parte de esta experiencia?
“Formar parte de esta experiencia fue un proceso de varios meses, que culminó con el Simposio en Roma. La adjudicación de este reconocimiento es algo que no esperábamos; nos costó dimensionar que lo que hacemos de manera tan cotidiana y desde hace tanto tiempo fuese un producto destacado entre otras postulaciones.
Fue ese proceso de postulación el que nos permitió, en primera instancia, sistematizar el trabajo que llevamos haciendo durante 12 años. Debimos mirar hacia atrás y rescatar esos primeros objetivos; reflexionar sobre cómo hemos ido creciendo y sosteniendo esta metodología y, por, sobre todo, reencantarnos con lo que hemos construido.
La vida académica ocurre rápido y en paralelo con los otros desafíos que significan sostener la jefatura de un curso clínico por el que rotan 120 alumnos por año. El Simposio me ofreció un espacio para detenerme, escuchar las propuestas de otros, vincularme, y especialmente, reflexionar sobre el producto que tenemos y sobre el que queremos proyectar en los próximos años. Sin duda, marca un antes y un después en nuestro trabajo de A+S”.
¿De qué manera la impactó esta experiencia como profesional de la salud?
“El Papa Francisco, en su mensaje al equipo Uniservitate, hizo especial énfasis en la necesidad de reflexionar que la educación no puede limitarse a la transmisión de contenidos, sino que debe avanzar hacia la transformación de la vida. Es una reflexión potente, que no deja de darme vueltas en mi rol como médico y como académico; ¿Cuánto y cómo podemos intencionar que un futuro médico haga suya la idea que, desde la vereda que elija, puede transformar a su país. ¿Cómo le demostramos que, más allá de tener la intención de hacerlo, también tiene las herramientas para lograrlo? ¿Cómo ofrecemos las oportunidades para entrenarse en esa responsabilidad social?
En la audiencia, el Papa nos hizo un llamado explícito a trabajar por una educación que no se hace sólo con la mente, sino con el corazón y con las manos. Esto, en sus palabras, implica aprender a pensar lo que sentimos y hacemos; a sentir lo que hacemos y pensamos; y a hacer lo que pensamos y sentimos. Acoger este llamado explícito es una tarea que se juega a diario, y que exige salir del ambiente controlado de la sala de clases. A+S ofrece a nuestros estudiantes la oportunidad de salir del rol tradicional, pasivo y controlado del “receptor de conocimientos”, y avanzar al desarrollo de profesionales activos en términos de transformación de su país; ese es el espíritu A+S que nos ha movido todos estos años y que esperamos continuar por muchos años más”.